A pesar del desarrollo que las
energías renovables han tenido del 2000 para acá, aún existe mucho desconocimiento de la sociedad sobre aspectos básicos de las mismas. Una de las tecnologías que más terreno está ganando actualmente es la
energía eólica, aunque curiosamente es uno de los procesos de obtención de energía más sencillo de comprender también es uno de los que más dudas genera.
Se entiende que los
aerogeneradores deben instalarse en lugares con mucho viento, por que esta es la fuerza motriz que se aprovecha en la generación de
electricidad; pero entonces, ¿por qué cuando hace mucho viento las aspas de las turbinas eólicas no están girando para aprovechar el recurso? La respuesta tiene con ver con proteger la inversión, es decir, evitar que estos se dañen o alguno de sus componentes se estropee.
Los aerogeneradores funcionan con
velocidades del viento que van desde los 3 hasta los 14 metros por segundo, pero cuando el viento excede este rango las probabilidades de daño mecánico se incrementan, e inclusive en determinadas situaciones el movimiento circular incontrolado podría hacer que las turbinas se destruyan. Es por ello que cuando el viento se acerca a un determinado límite, como 25 metros por segundo por ejemplo, después de 10 minutos los aerogeneradores se detienen automáticamente.
De hecho en
YouTube es posible encontrar videos de aerogeneradores quemándose o destruyéndose debido a que el sistema de parada de emergencia falló. ¿Qué es lo que pasa? En primer lugar los
componentes eléctricos se queman cuando trabajan a una velocidad mayor de la velocidad de diseño, después viene un colapso cuando la excitación de la estructura alcanza su frecuencia natural.
Vía:
Eoliccat